martes, 6 de abril de 2010

historia de un sobre

Hoy ha sido un día duro. Nos hemos mudado a una pequeña casita en las afueras de la ciudad. Nada ostentoso, tan sólo un habitáculo más decente que el anterior que nos ha caído de herencia.
La tía Enriqueta murió a causa de un enfisema hará unos seis meses.
Llamada de un notario citándome en su despacho. Un sitio frío, cutre y de otra época, Gonzalo me ha venido a la mente. Seguro que el edificio es tuyo y se lo tienes alquilado al "papanatas" este, que me habla en unos términos que desconozco.

Lo dicho, casa de unos 110 metros cuadrados con una parcelita de unos 125 más de jardín. Huele mal, la hierba está tan alta que el verde de la punta difiere en mucho al tono verdoso intenso de la raíz.

Porqué os cuento esto? he tomado la medicación? No me acuerdo a lo primero y diría que no, a tenor de las respuesta primera, respecto a la segunda.

Ah, sí ya lo recuerdo. Hoy he encontrado un sobre. Nada especial a primera vista. Forma rectangular, el rastro de un matasellos de un época que se antojaba mejor que ésta y un color ocre que denota el paso inexorable del tiempo.
Me ha llamado la atención, el sobre en sí, no ese sobre en concreto.

¿Cuántas veces habra sido usado? ¿Qué historias habrá albergado en su pequeño interior en tamaño pero inmenso en posibilidades? ¿Una carta de amor furtiva, un relato de verano desde la costa a un amigo de la escuela? Se me ocurren miles de situaciones en las que pudo intervenir...

... me he sentido nostálgico como pocas veces. Decidido, he cogido estilográfica y papel y me he puesto a redactar un carta, intensa, corta en espacio pero larga en intenciones.
He cerrado el sobre y he anotado el primer nombre que me ha venido a la mente.

Martina Cerezo.

En fin, veremos si contesta.

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