viernes, 24 de diciembre de 2010

Las luciérnagas

Él: “¿Las luciérnagas bailan?”

Ella: “Mmm, no que yo sepa.”

Él: “Ah. Mmm..estás segura de ello?”

Ella: “Seguro? Hombre, seguro en esta vida hay poco. Pero eso tú ya lo sabes, verdad?”

Él: “Así que no puedes afirmar categóricamente que las luciérnagas no bailan”

Ella: “Categóricamente, no. Pero estarás conmigo que el sentido común dicta jurisprudencia en este caso”

Él: “Sentido común? Es el menos común de los sentidos!”

Ella: “Eso es verdad”

Él: “Así pues, las luciérnagas bailan?”

Ella: “No, aunque a qué tipo de baile te refieres?”

Él: “Eso qué has hecho es muy de tías.”

Ella: “El qué?”

Él: “Contestar con una pregunta”

Ella: “Es que soy una tía. No has contestado”

Él: “El waka-waka de Shakira en concreto”

Ella: “Aha, recapitulemos. Me estás preguntando que si una luciérnaga es capaz de bailar el Waka-Waka de Shakira? Me equivoco?”

Él: “Técnicamente te pregunto por todas las luciérnagas más que una en particular”

Ella “Puedo preguntarte algo? De dónde coño te sacas estas preguntas”

Él: “Soy un tío muy vivido, con una gran paz Zen a mis espaldas y con mucho mundo. Eso me ha abierto la mente a unos niveles místicos al más puro estilo Nepal y Calleja”

Ella: “Si crees que por decir esta frase chorra, vamos a follar lo llevas finito de córdoba, amigo Zen! Anda, cómo ha sido?”

Él: “Pues que acabo de ver el anuncio de Freixenet y Shakira me ha recordado a una luciérnaga y dicho sea de paso llevo un globo que pá qué, mis neuronas han hecho el resto”

Ella: “Interesante asociación”

Él: “Entonces lo de follar qué…”

Ella; “Cuando las luciérnagas bailen”

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