lunes, 5 de agosto de 2013

Salvemos a Golo

Golobardo era niño de facciones redondas y de panza prominente. Le solíamos llamar Golo a modo de diminutivo y por su afición a las gominolas. Él detestaba que lo nombráramos así pero pronto todos olvidamos su verdadero nombre.

Solía vestir camisetas a rayas horizontales que no hacían más que magnificar su oronda figura. Recuerdo que en nuestros interminables partidos de fútbol, contrariamente a lo que cabría esperar él era el primero en ser elegido por los capitanes. El motivo es que Golo era un excepcional cancerbero, no tanto por sus habilidades técnicas sino por motivos de envergadura y el reducido tamaño de las porterías que usábamos. Cuando exigía poder jugar en otra posición el capitán de turno le disuadía cantándole un par de milongas acerca de lo imprescindible de su actuación bajo los palos. Y como no, claudicaba.

Golo era pan con chorizo y manchas de lentejas en los pantalones, gotas de sudor en la frente y olor a tocino pero con cara de buena gente.

4 comentarios:

  1. Golobart, ex del Español. Buenos análisis técnicos. Al gordito éste no lo conozco. Por cierto, puede ser que un ex-compañero tuyo de SC escriba libros de autoayuda? Iniciales BV?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Morel; y tanto que puede ser,...(se ha montado un tinglado que alucinas, escribe en el País, ha montado un máster en la UB, conferencias)...

      Eliminar
  2. En todas las infancias ha habido un Golo...
    Jo, qué alegría verte de vuelta!!!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Rune; cierto todos hemos conocido a Golo!
      Energía renovada,...de vuelta.

      Eliminar