miércoles, 22 de abril de 2015

Looking for Ramiro

Ramiro anda despistado últimamente. Su vida ha dado un vuelco en los últimos meses y bien podría decirse que todavía lo está asimilando. Es normal y diría que lo contrario sorprendería al respetable pero los tumbos son constantes e “in crescendo”.

Ha pasado de su vida más o menos ordenada con trabajo estable y mujer a un trasiego diario sin saber qué le depara el resto de días de la semana. Nada que no sufran millones de personas en la peligrosa confluencia de los 30 con los 40. Su mujer cogió puerta y se fue, harta de una historia que tan sólo tuvo más futuro que pasado en los albores de la misma. Crónica de una muerte anunciada. En el trabajo pasó de ser estrella rutilante a astro defenestrado por exceso de soberbia y carestía de sentido común. Varios millones de dólares perdidos aquí y allí.

El coche pasó a moto, la moto a Vespa y la Vespa a bici. Creo que ya ni a pedales puede ir ya.
Ramiro es optimista “de mena” (por naturaleza) y dice que los medios de transporte están “demodé” y lo que se lleva es vida a pie. Bien por él y su vida saludable.

Tumbado y tumbando se ha pasado la mayor parte del tiempo, intentando conectar de nuevo con la humanidad y con lo que un día fue su círculo. El círculo se ha desvirtuado, volatilizado. Ahora vive pendiente de una aplicación que ha descubierto para follar con gente colindante. Y aparentemente, más feliz que una perdiz.